El Dossier

Al parecer este año será uno dedicado a las waifus, y es que revisando un poco me di cuenta de que a algunas les daré su artículo propio. Vamos a ver como encaja este tema con el resto de artículo que haré este año, me gusta pensar en ello 💐💐💐

lunes, 2 de octubre de 2023

Takanuva visita el pasado para evitar una tragedia | Historias que Contar - Bionicle

Era una noche tranquila para Takua, que estaba pasándola de maravilla con las apuestas en un casino cercano a donde vivía. La suerte no podía estar más que de su lado, había ganado millones en tan solo unos pocos tiros en los muchos juegos que tenía el casino, y se sentía feliz por haber tenido tanta suerte.

El resto de la gente que había venido a jugar se enteró de lo sucedido, y retaban a Takua para que obtuviera cada vez más, o para que lo perdiera todo y ellos se burlaran de él por ignorante. Muchos de ellos hicieron fila para intentar ganarle a él, pero de último minuto todo se cae para ellos y pierden, con Takua ganando cada vez más y más, de alguna u otra manera; los rivales simplemente no entendían cómo ni en dónde sacaba toda esa suerte, simplemente no se lo podían explicar.

Pasando ya dos días, Takua ya era alguien distinguido en todos los casino que pasaba y jugaba, era un rival digno de enfrentar para muchos pese a que él no entendía cómo ocurrió esto, todo para él pasó muy rápido. Sin embargo, sabía muy bien a lo que ha llegado, y no desperdiciaba la oportunidad para dar pelea con otro rival de alto calibre en algún juego, siendo la derrota más reciente por parte de Takua la de cierta chica alta vestida de azul con un collar de un dado.

En plena noche de tranquilidad y relajación para Takua, él estaba entrenando para ascender en lo que es un campeón en las apuestas, tomando como lugar adecuado los casinos clandestinos, pensando constantemente que fue mala idea ir a estos lugares para entrenar (los jugadores que frecuentan ya quieren robarle todo).

Al momento de haber empezado su segundo juego a solas, vio que cerca de él, una luz se aparecía y intensificaba; al momento de que ocurrió esto, una figura alta y dorada se aparece en frente de Takua.
Takua: ¿Quién eres tú?

Takanuva: ¡Takua, yo soy tú, sólo que del futuro! Escúchame, el viernes en el casino, ¡apuesta todo al que va vestido de negro!

Takua: ¿Y cómo sabes que voy a apostar todo al de negro?

Takanuva: Pude ver que lo hacías, pero no tomaste en cuenta que ese sujeto era mucho más listo que tú, y sus movimientos son un mareo, al final acabaste perdiendo ¡y te fuiste a dormir debajo de un puente!

Takua: (Exaltado) ¡No quiero dormir debajo de un puente!

Takanuva: Entonces escúchame, y sabrás cómo lidiar con ese sujeto para que puedas ganar y ser el campeón de campeones, toma nota de lo que te voy a decir ahora mismo

El silencio reinaba en el casino, no había alguien observando lo que ocurre, y eso era bueno para Takua y Takanuva, así entrenarían mejor y sin que alguien copie los trucos. Aprovechando que tenían tiempo para saber algo antes de que cierren, Takanuva preparó los juegos disponibles del sitio, con Takua poniéndose cada vez más nervioso.
Takanuva: Ok Takua, escucha con atención, que sólo lo diré una vez, ¿vale? *Takua asiente con la cabeza* Ok, mira lo primero que tienes que hacer es entrar en lo de la ruleta, debes apostar por el menor número posible; en caso de que ganes, nada malo va a pasarte, sólo céntrate en lo que es importante.

Takua: ¿Y cómo es que sabes todo esto? ¿por qué decidiste ir al pasado para contármelo todo?

Takanuva: Es fácil explicarlo, trataba de regresar a otro punto importante de tu vida, es decir, mi vida, pero algo salió mal y terminé aquí, pero lo de contarte esto de la apuesta ya lo tenía en mente desde hace días

Takua: ¿Días del futuro futuro?

Takanuva: Así es, pero bueno, ya basta de charla, que tenemos que evitar una tragedia en el casino

Ambos Takua y Takanuva estuvieron en un entrenamiento duro y complicado, practicando en cada uno de los juegos que había por todo el casino. Los dos estaban pendientes de la hora, teniendo el tiempo limitado para entrenar hasta el día acordado. Lo que más facilitó a Takua en aprender fue el juego de la ruleta, siempre arrancaba las noches con este juego, y se sabía ya miles de trucos para ganar sin perder un céntimo; en cambio, lo que más dificultó a Takua fueron las barajas, saber muy bien que números tiene es sólo cuestión de suerte, y eso no se puede cambiar, por mucho que lo intente.

Al momento de haber terminado, Takanuva se despidió rápidamente de Takua, y volvió a su punto temporal, diciendo que esto nunca pasó. Takua no le dio mucha importancia a lo que decía Takanuva, ya estaba satisfecho con lo que aprendió en el casino, olvidándose de que el dueño le avisaba que ya tenía que irse, era el momento de cerrar el local.

En los días siguientes, Takua estuvo repasando sus tácticas que le contó Takanuva, esto para que no se le olvide al momento de apostarlo todo. Como no, los jugadores que competían contra él se sorprendían con las hazañas de Takua, simplemente no lo podían entender cómo es que ganaba fácilmente y sin tanto esfuerzo; pero tarde o temprano aprenderían de sus trucos.

Llegado ya el viernes, Takua reunió todo lo que necesitaría para el juego final, iba a apostarlo todo como lo había planeado días antes, y esperaba que lo que ha estado pensando en estos días se hiciera realidad. El lugar elegido para el juego fue el mismo casino en donde empezó la suerte de Takua, quería ver si su suerte seguía siendo lo mismo que antes.

El oponente vestido de negro, que Takanuva le había mencionado, estaba más que contento por ver que Takua era un rival digno, incluso para él mismo. Pasó todo el día esperando a que llegara para iniciar el juego, y cuando llegó fue a su encuentro. Takua recordaba a cada momento las palabras de Takanuva y lo que debía hacer para ganarle a su oponente, apostar ya era un pecado, pero perderlo todo por ello lo es más, y se arrepentiría de hacerlo, ganara o perdiera.

La noche arrancó con el juego de la ruleta, y tal como lo había dicho Takanuva, apostó con el número más bajo y logró ganar, era el momento de centrarse en lo más importante. El resto de los juegos que se dieron en esta noche fueron prácticamente todos, recorrieron todo el casino literalmente; el dinero le sobraba al oponente, tanto era que le dio una fortuna a Takua sólo para burlarse de él, aunque el Matoran no lo sabía.

Mientras estaban en el juego, el rival pedía una que otra bebida, entre cada juego bebían más de una copa. Pero para Takua, eso no era algo importante, no bebió en toda la noche.

Luego de haber ganado una enorme cantidad, Takua ya se sentía el más afortunado, no se podía salir de su asombro al ver que ya estaba por ganarle a su oponente. Lo que no sabía era que él, estando todavía sonriendo, tenía más experiencia en las apuestas que Takua, y lo iba a demostrar en juego final.

En el momento en que llegaron al último juego (otra partida de black jack), ambos estuvieron mirándose uno al otro, dando a entender que estaban dispuestos a darlo todo por la victoria. El juego iba de la mejor manera posible, con ellos dos estando cada vez más cerca de la victoria, siendo el oponente el que estaba un paso adelante de Takua, pero éste no se quedaba atrás y hacía todo lo posible por ganarle. Conforme pasaba la noche, el juego se hacía cada vez más pesado, los dos parecían que no querían perderlo todo por hoy, y estaban en las últimas para quedar tan decididos. Tras casi una hora más de estar en juego, el resultado final fue toda una sorpresa, el oponente fue el ganador de la noche, burlándose cada dos segundos de Takua. Pero para el Matoran no había de que preocuparse, pese a que perdió, tenía un último haz bajo la manga (y no era sobre el juego).

Al momento en que los oponentes celebraban la victoria y se burlaban de Takua, él pasó inadvertido entre el público y se llevó todas las ganancias del rival, fue a los pocos segundos que se dieron cuenta del robo y empezó a perseguir al Matoran. Afortunadamente, el estado de ebriedad de ellos fue una ventaja, ya que ellos corrían como tortugas borrachas; únicamente los guardias del casino pudieron con él, que a duras penas consiguió escapar con unos cuantos objetos de valor, encontrando refugio debajo de un puente.

Takua: Eso estuvo cerca, pero al menos gané algo

En ese momento, otra luz aparece y Takanuva vuelve a aparecer.

Takua: (Sorprendido) Eres tú otra vez, futuro yo; se cumplió lo que me contaste

Takanuva: Si, no me lo tienes que contar, que decepción que hayas perdido

Takua: No perdí del todo, conseguí esto por el esfuerzo que obtuve en el juego, ¿y qué te motivo a volver aquí al pasado?

Takanuva: Andaba inquieto por saber si de verdad gané, es decir tú, y cómo la inquietud era mucha, decidí volver al pasado para ver que pasó

Takua: Ya veo, de todos modos no tengo razones para tener estas cosas en mis manos, mañana iré a una casa de empeño para recuperar un poco de lo que perdí

Y así lo hizo, él fue a una casa de empeño para recuperar un poco del dinero que perdió anoche. La cantidad que le dieron fue poco para ser artículos de alto valor, pero esa cantidad era lo suficiente para que Takua pagará el sustento diario, y para tener cualquier cosa que le apeteciera. Pasado un tiempo, el Matoran volvió a las apuestas, conservando la reputación que obtuvo en esos días, y su suerte seguía a su lado, volviendo a ser ese campeón que de alguna forma perdió y aprendió de sus errores, o eso es lo que dicen.

The End

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